En nuestro día a día, allá donde vayamos, nos desenvolvemos en un mundo donde la publicidad está constantemente presente; desde anuncios que exponen la nueva hamburguesa, hasta el carro deportivo del año. Este mecanismo es ideal para que los consumidores se mantengan en conocimiento de cuáles son los productos que se encuentran en el mercado. ¿Cuál fue el inicio de este sistema? La respuesta podría llegar a sorprender a muchas personas, pues pertenece a un período mucho más antiguo del que en un principio se imaginarían.

Todo aquel que haya desarrollado o intente vender un producto tiene la necesidad de darlo a conocer. Para poder lograr una venta, se necesita un comprador, así que se le debe atraer. El nacimiento de este mecanismo de promoción ocurre prácticamente al mismo tiempo que el nacimiento del comercio, lo cual es totalmente comprensible.

Publicidad: Un mecanismo de larga data

El primer registro que se tiene de una forma de publicidad data del año 3000 a.C., el mismo se encuentra preservado en el Museo Británico de Londres y está conformado por un papiro hallado en Tebas – Egipto. También ha sido encontrada una tablilla en Babilonia con inscripciones pertenecientes a un zapatero, un escribano y a un vendedor de ungüentos, la cual data del 2000 a.C.

Sin embargo, como muchas cosas que poseemos en los tiempos actuales, los primeros medios propagandísticos pertenecen a la Grecia antigua. Aproximadamente en el 480 a.C., la profesión de los heraldos es encargada de exclamar de manera clara los productos que poseía algún mercader. Estos comerciantes, al ser nómadas, debían dar a conocer sus productos en cada sitio al que llegaban.

El Imperio Romano es el encargado de introducir la enseña, mecanismo que permitía anunciar los centros de trabajo, de ocio y de venta; estas eran posibles gracias al álbum y al libellus, antecesores del cartel. También se han encontrado en las ruinas de Pompeya diversos grafitis publicitarios. De igual manera se perfeccionó la figura del pregonero, el cual anunciaba la llegada de barcos que transportaban diversos productos. Esta forma de publicidad tuvo un gran auge en la Edad Media.

El surgimiento de la imprenta en Occidente, en 1453, permitió una mayor difusión de mensajes publicitarios al poder generarlos de manera mucho más masiva. En 1661 aparece la primera marca de producto, un dentífrico.

Estados Unidos, ya entrado en el siglo XIX, obtuvo un gran auge publicitario, al incrementar el uso de vallas y de anuncios, la aparición de los primeros agentes de publicidad (siendo el más conocido Volney B. Palmer) y surge el llamado marketing directo, a manos de Sears.

En el siglo XX el uso de psicólogos y sociólogos es indispensable para tener un mejor acercamiento a las personas. Finalmente, hacia su última década, nace la publicidad por internet, siendo uno de los principales medios en la actualidad, que logró complementar los anuncios que aparecían en los medios de comunicación favoritos: televisión, radio y prensa.